sábado, 1 de mayo de 2010

De Fuertecito nada quedo.


-Mamá, mamá cuándo volveremos a ver el sol.
-Pronto- dijo la madre, abrazando al pequeño cartón, sin la fuerza para decirle que su alma se consumiría al ritmo de un acero caliente e inoxidable - Pronto veras la luz del día una vez más.

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