viernes, 28 de mayo de 2010
Temporal
El cartón se nos hace polvo, en la vida que nos pasa como quien va paseando en una tarde tranquila.
sábado, 15 de mayo de 2010
Segunda colaboración de José Antonio Carmona Poeta de Cartón Honorario
Me ha dicho el guía, que el limbo es muy molón
Y que aquí cartones…
hay a montones
Por la crisis, reciclados,
Y que al cielo van los santos
Y lo no tanto
Vamos al limbo,
Escalo a un tetrapack
De enormes dimensiones…
Por los banqueros
Que aquí, allí los meten y los embalan
(a ver si ablandan)
Y luego por DHL al infierno que los mandan
Y que aquí cartones…
hay a montones
Por la crisis, reciclados,
Y que al cielo van los santos
Y lo no tanto
Vamos al limbo,
Escalo a un tetrapack
De enormes dimensiones…
Por los banqueros
Que aquí, allí los meten y los embalan
(a ver si ablandan)
Y luego por DHL al infierno que los mandan
Colaboración
A gradecemos por su contribución a
José Antonio Carmona
Poeta de Cartón Honorario
Vestida estrafalaria (y sin pintarse)
sale al paso de mis años por la esquina
Con voz grave, cavernosa (algo chillona)
Va... y me grita:
-¡Véngase mortal de las puñetas!
-¡Deje el traje de domingo y la corbata!.
¡Deje...
La interrumpo
-Señora... vale ya de liturgias trasnochadas
Mire usted que me viene mal salir ahora...
Tengo un hijo con quién monto en bicicleta
Tengo otro que es poeta
Y una niña a la que sueño por las noches...
No me hizo caso...
Y ahora escribo desde un limbo de diseño....
algo frío y lejano de mis cosas
Mientras, espero una visita guiada y pizpireta
Vestida estrafalaria (y sin pintarse)
sale al paso de mis años por la esquina
Con voz grave, cavernosa (algo chillona)
Va... y me grita:
-¡Véngase mortal de las puñetas!
-¡Deje el traje de domingo y la corbata!.
¡Deje...
La interrumpo
-Señora... vale ya de liturgias trasnochadas
Mire usted que me viene mal salir ahora...
Tengo un hijo con quién monto en bicicleta
Tengo otro que es poeta
Y una niña a la que sueño por las noches...
No me hizo caso...
Y ahora escribo desde un limbo de diseño....
algo frío y lejano de mis cosas
Mientras, espero una visita guiada y pizpireta
sábado, 1 de mayo de 2010
De Fuertecito nada quedo.
Ciudades
sin una fijación preestablecida en el contrato
algún arquitecto decidió
basar el mundo en una figura que se elevaba hasta el cielo
juntar grandes páginas en largos edificios
y nosotros, como pequeñas hormigas,
habitaríamos sus centros
los centros de esos edificios carentes
del principal alimento
que es el calor de los cuerpos vecinos
nos mudamos
gritaron los otros
y cerraron las pastas en las que nos guarnecíamos
cerca del río
nos mudamos
no notaron que los edificios contaminaban la visión del horizonte
ni que en esos hormigueros sin reina
nos quedaba el peligro de carecer
de compañía
no necesitamos compañía
tendremos autos y televisiones y basura por doquier
sin una fijación preestablecida en el contrato
los ciudadanos se dedicaron a construir sus vidas hacia abajo,
en grandes edificios que apuntaban al cielo
Olor a Plátano
El olor a plátano se desparrama o lo haría si pudiera, el aroma de sus pecas, de su oscuro flanco, de su largo y entallado traje lleno de milagros bizarros, de conjuntos que no pasan de una forma fija, es un olor grave, como la voz de un viejo que se mea en su propia ropa y luego de llorar, olvida; es el olor de los roces de la carne, de una carne contra carne, sin placer.
Todo huele a plátano, a esa cascara rancia que se sumerge en el lodo junto con mis pechos y yo creo que el basurero está lejos, que nosotros no lo vemos, no podemos entender su trascendencia en la mochilita en donde los niños llevan la comida de los recreos, en la pulpa disuelta en el licuado, en todos los grados de desayuno a cena, de piel tersa a arruga firme… ese olor se cuela incluso por mis poros, lo invade todo y luego se derrama sobre mi sueño, me hace soñar con el gajo de su desperdicio, con la carne, que le forma por dentro, vuelta jugo y viscosidad y penetrante aroma, los mosquitos se forman como buitres de menor tamaño en torno a la cascara, no es porque sean menos crueles, no porque su figura sea menos tajante; se forman porque han aprendido a sobrevolar lo frágil.
Todo huele a plátano, a esa cascara rancia que se sumerge en el lodo junto con mis pechos y yo creo que el basurero está lejos, que nosotros no lo vemos, no podemos entender su trascendencia en la mochilita en donde los niños llevan la comida de los recreos, en la pulpa disuelta en el licuado, en todos los grados de desayuno a cena, de piel tersa a arruga firme… ese olor se cuela incluso por mis poros, lo invade todo y luego se derrama sobre mi sueño, me hace soñar con el gajo de su desperdicio, con la carne, que le forma por dentro, vuelta jugo y viscosidad y penetrante aroma, los mosquitos se forman como buitres de menor tamaño en torno a la cascara, no es porque sean menos crueles, no porque su figura sea menos tajante; se forman porque han aprendido a sobrevolar lo frágil.
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